Erase
una vez tres duendes que estaban jugando en el parque. Un día
jugando se encontraron
dos
bombillas y empezaron a jugar, uno de los
duendes se cortó y lo llevaron al hospital pero, cuando iban a
llegar, cayó un satélite y murieron todos menos el herido, que
vivió con sus abuelos para siempre jamás.
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